INTRODUCCION:La corriente Kitsch esta definida como de mal gusto, asociado con la estética de consumo y la estridencia decorativa, algunos afirman que esta corriente debe tener un lugar dentro de la cultura y el arte.
El Kitsch reemplaza lo puro de lo impuro en donde el objeto siempre está, al mismo tiempo, bien y mal ejecutado: bien al nivel de la realización cuidada y acabada, mal en el sentido que la concepción está siempre distorsionada.
El Kitsch sea arte o no, recae en la subjetividad... pero lo que sí podemos decir con seguridad, es que el Kitsch es parte de nosotros pues lo vemos (y comemos) hasta en la sopa.
ARGUMENTACIÓN:
El kitsch es una tendencia que tiene una identidad flexible, camaleónica. Se ha denominado de muchas formas: naca, rascuache, fashion, glam, manierista, etc. Adjetivo alemán de ambos géneros que significa cursi. El verbo kitschen equivale a hacer algo de prisa y mal. Y verkitschen es hacer pasar gato por liebre, una negación de lo auténtico, una baratija. Tiene una cierta in autenticidad en cuanto a los materiales que casi nunca son lo que aparentan: latón pintado como bronce, madera que simula mármol, etc.
El término aparece en Munich hacia 1860 y fue empleado por los comerciantes de esa ciudad para designar las piezas artísticas de escaso o nulo valor estético y fácil comercialización.
El kitsch todo lo convierte en cosa, y en cosa para ser vendida. La “Piedad” de Miguel Ángel es una obra maestra del arte religioso de todos los tiempos. Reducida al tamaño de un pisapapeles y vendida como “souvenir” en la puerta de San Pedro de Roma, se convierte en Kitsch. Una sinfonía de Mozart o un preludio de Chopin, sacados del carácter original que les dio su autor y transformados en una melodía dulzona y pegadiza que miles de radios transmiten incansablemente a todas horas del día, para millones de oyentes distraídos, es kitsch.
Hay también un kitsch proveniente de la acumulación de objetos que dan como resultado a otro artefacto sin una utilización específica, creados para juntar tierra arriba del televisor de la casa de uno.
Entran es este estilo una variedad inmensa de ingredientes extra:
1. Demasiada ñoñería… aunque es muy cómico.
2. Exageración de lo que es “adorable”… hasta ser despreciable.
3. Ingrediente especial de maldad y sadismo. (Recordando que mantiene el ingrediente infantil).
DE LOS MEDIOS A LA REALIDAD Y VICEVERSA.
Lo Kitsch influye en la moda porque todos queremos estar in no out, además lo kitsch es un estilo de moda aunque sea de mal gusto como los Emos igual es una moda o una tendencia.
Es curioso y a la vez triste ver la manera en que ha cobrado validez en nuestras vidas la frase como te ven, te tratan. Es impresionante lo que representan para nosotros estas palabras, pareciera que es la bandera con la que circulamos diariamente, pues si vemos a una chica muy arreglada hasta le ponemos flores por donde camina, en cambio si encontramos a una chica de apariencia más sencilla, entre más alejada mejor.
Esta es la problemática que nos ha traído la moda, el hecho de que para poder encajar en la sociedad o en determinado grupo social tengas que vestir y actuar de determinada forma y sin embargo nadie ha hecho nada porque pareciera que esta situación es invisible a los ojos de la mayoría o simplemente no queremos verla y no nos damos cuenta que nos destruye como seres humanos pues nos convierte en personas prejuiciosas que para aceptar a otra persona, ésta tiene la obligación de vestir bien o al menos similar a nosotros.
El kitsch, no es un fenómeno que se refleje solamente en los objetos, sino además se da en otros medios como la música o la literatura. Un ejemplo de este fenómeno en la música lo vemos en adaptaciones simplificadas de grandes obras orquestales, o mediante la incorporación de coros o repeticiones, inexistentes en la obra original. Sin embargo más que algo material o tangible también hay que ver el Kitsch como un fenómeno sociológicamente psicológico y como un estilo de vida. Donde domina la estética triunfal y la ética del consumo.
CONCLUSIÓN:
Es relativamente fácil encontrar kitsch en tiendas de Q9.99, o en los mercados cantonales, con el vendedor que en su bicicleta transporta en una canasta de productos que vende a Q3.00 quetzales, siendo los más común los productos hechos en China o Taiwán, objetos en tiendas de recuerdos situadas en lugares turísticos y en casa de familiares de avanzada edad. Pese a ello podemos encontrarnos con multitud de objetos horribles, pero sólo unos cuantos elegidos alcanzarán el honor de ser kitsch. Mix de arte barroco con pop, impresionismo con barroco, en fin, un sinnúmero de objetos que son atractivos para la gente por su precio, dejando a un lado la estética.
